Bajo el signo del Hipocampo

Escribo estas líneas bajo el influjo de un discurso de agradecimiento que ha sacudido España estos días: el de Nuria Espert en la entrega de los Premios Princesa de Asturias.

Un terremoto de amor por la cultura con epicentro en el Teatro Campoamor, que ha despertado conciencias en el mundo de la ligereza  y nos ha hecho ver que el talento de perfil bajo, el trabajo de largo recorrido con más sosiego que fuego artificial viral; puede que alumbre poco nuestra cotidianidad 2.0 pero cuando explota 💥💥💥 y nos deslumbra es de efecto duradero💫⭐️💫, reconfortante y esperanzador.

Uno de esos perfiles bajos que admiro, una de esas damas👸🏼, que como La Espert, siente pasión por su trabajo💎, transmite su esfuerzo en voz muy baja y se desvive por que el arte lo inunde todo a su alrededor es Patricia Reznak, la directora artística de GRASSY💎; una de las joyerías más bonitas que conozco y un mundo en sí mismo que viste la gran vía cada día de un empaque que ojalá jamás desaparezca de la faz del Madrid que lo vio nacer.

Para que perdure este microcosmos que, bajo su escudo de hipocampos enfrentados, acoge a una multitud mínima de fans compradores muy anónimos (GRASSY jamás comunica quienes son sus clientes o si han llevado tal o cual joya en una fiesta X); Patricia y su equipo trabajan desde hace diez años para que cada pieza salida de esta casa, se convierta en la obsesión de uno de estos clientes que no parará hasta hacerse con ella🙇🏻💎🙇🏻.

Y es por este motivo que al cumplirse una década al frente de la dirección artística de GRASSY, Patricia ha querido homenajear a algunos de estos clientes que al final son quienes sustentan su microcosmos u otros mundos de moda porque no me canso de decirlo: hoy el cliente es mecenas y si te gusta una firma y quieres que le vaya bien, por favor compra porque si no podrían desaparecer.

Y dicho esto, vuelvo a los mecenas de GRASSY que han sido retratados por Adriá Cañameras para “GRASSY & REZNAK Gran Vía, 1”, el libro que como cuenta Patricia Reznak aborda estas pequeñas piezas de arte que son sus joyas de un modo distinto: “La joyería es infinitamente rica y existen miles de maneras de abordarla… no es tanto un libro sobre las joyas como un libro sobre “las personas que llevan estas joyas”.

Sus historias y esos objetos de deseo que salieron de GRASSY quedan recogidos en distintos y apetecibles cuadernillos que conforman este libro plagado de fotos maravillosas de Adriá Cañameras, promesa (digo esto porque es jovencísimo) de la Fotografía que ha querido hablar con Josie’s Journal con motivo del lanzamiento:

Josie’s Journal.- ¿Habías entrado ya en el mundo GRASSY? ¿Lo conocías? 

Adriá Cañameras.- Sabía de Grassy sin conocer la joyería por  la foto de Catala-Roca. Luego a lo largo de los meses de trabajo con Patricia Reznak supe mucho más de la historia de Grassy.

J.J.- ¿Qué te ha parecido y sobre todo cómo ha sido tu encuentro con estos clientes?

A.C.- Fueron muchos clientes, muy diferentes entre ellos, todos muy amables. Hicimos un equipo muy bueno con Patricia, Paco Pintón, Ena de Cardenal y Ana Domínguez. Fue genial por que siempre hacíamos los retratos en sus casas y he podido conocer muchas partes de Madrid gracias a este trabajo.

J.J.- ¿Hay algún retrato con el que te quedes de todo el libro?

A.C.- Pues me quedo con el de Encarna Borondo, se hizo en su casa una mañana. El día anterior estuvimos en Londres haciendo otros retratos, yo estaba con bastante fiebre, entonces llegue a su casa y entre la fiebre y la luz que tenia el salón y la tranquilidad que tenia Encarna, fue como algo místico.

J.J.- ¿Qué pieza de Patricia te comprarías y cuál regalarías?

A.C.- La pieza que mas me gusta es una que tiene Patricia que es un anillo en forma de Caballo de Mar.

J.J.- ¿Cómo valoras el resultado final? ¿Qué dirás a los lectores de esta experiencia?

A.C.- Ha sido un proceso muy largo mas de un año, nos lo hemos pasado muy bien, he conocido a mucha gente y un Madrid que no conocía. Estoy muy muy contento de a ver trabajado en este libro, grassy ha sido mi familia en todo este proceso.

“GRASSY & REZNAK Gran Vía, 1″ no se vende, sino que sale de GRASSY y es un homenaje a sus clientes que sólo poseerá su clientela como un precioso regalo. Si te apetece formar parte de ella, arráncate porque tienen joyas maravillosas y con un abanico de precios exactamente igual de maravilloso. Si no quieres o no puedes pero te fascina este mundo increíble, visita su museo de relojes y comprenderás que un sitio así merece una vida infinita. 

Fotos: Adriá Cañameras cortesía de GRASSY