Canción del pirata

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Hay que ser individualista y soñar con la libertad de uno por encima de todo, para romper normas estéticas y replantearse la imagen de uno mismo en un momento de cambios muy fuertes, de baches, de enfermedad, en un momento duro… 🎀

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Ese trance es el que están pasando muchas mujeres y es el que conmemoramos internacionalmente cada 19 de octubre por ser día de la lucha contra el cáncer de mama🎀; para apoyar a aquellas que lo atraviesan y desearles suerte con una pronta recuperación y recordar a todas que, por favor, controlen el pecho en el medico y en casa para prevenir o detectar la enfermedad, si la hubiera, lo antes posible🎀.

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Y hay que ser más individualista que el pirata de Espronceda y soñar más que él con la libertad de uno por encima de todo, para romper normas estéticas y replantearse la imagen de uno mismo como hizo Noelia Morales🎀 cuando tuvo que debatirse entre reconstruir su pecho o inventar una alternativa; pero su referencia como ella misma nos cuenta, no era el pirata de Espronceda sino la mismísima Anna Bonny:

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“Si me hubieses preguntado cuando era niña, ¿qué quieres ser de mayor? Hubiese dicho bailarina o astronauta, pero nunca pirata. Los piratas eran algo de chicos, personajes salvajes y temerarios con los que yo no tenía nada que ver; ni tan si quiera me atraían sus curiosos parches.

Irónicamente me convertí en pirata. No por vivir aventuras salvajes sino a través del dolor y la pérdida. Mi nombre es Noelia pero piensa en mí como una pirata.

Anne Bonny (1697-1720) abandoned her husband in order to follow Jack Rackham the pirate, on the same ship she knew Mary Read while was hiding her femininity under male clothing and was called Mark. Then Mary revealed to Bonny her secret and the two women became close friends and accomplices; together were the protagonists of legendary feats of courage and piracy. Image digitally colorized from popular print, approx. 1710 (Photo by Fototeca Gilardi/Getty Images).

Foto: GettyImages

Anna Bonny es mi pirata-musa. Para los que no estéis familiarizados con ella, fue una pirata legendaria, cuentan que era una mujer salvaje, aventurera, valiente y bellísima que vivió la vida en sus propios términos.

¿Qué me convirtió en pirata? Desafortunadamente, en el 2015 me diagnosticaron un cáncer de mama. En cuestión de semanas, lo que empezó con una biopsia derivó en una mastectomía radical de mi pecho derecho. Debo decir que fui afortunada, me enfrenté al cáncer rodeada de amor y con un buen pronóstico pero, ¿no es irónico sentirte afortunada al encontrarte con un nuevo cuerpo de tan sólo un pecho? Ese fue el inicio de mi gran aventura.

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Sinceramente, la reconstrucción nunca fue una opción. Era fácil sucumbir a la inmensa presión de la sociedad y la industria sanitaria que aconsejan reconstruir tu pecho mastectomizado como única solución. Sin escuchar la opinión de nadie, pensé que cada mujer debe decidir por si misma, libremente –sin presiones-, desde la información y el conocimiento de cada una de las alternativas.

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Conozco los fabulosos movimientos a favor de lo natural, de lo imperfecto, la belleza de lo asimétrico, los hashtags de #nolessawoman, la belleza de las cicatrices… pero las cicatrices persisten en el espejo: sin desespero pero sin alegría, y ocupan un preocupante lugar en el que una busca una nueva manera de sentirse mujer, la mujer que amaba estar desnuda, que disfrutaba del sexo, que gozó de un cuerpo deseado por su pareja y que dio vida a un hijo.”

El reto era sentirme sexy de nuevo. La lencería que tanto me gustaba ya no tenía sentido, tenía que explorar un nuevo tipo de sensualidad teniendo en cuenta que no había perdido mis ganas de pasarlo bien, de coquetear y de sentirme guapa.

Mi primer Anna Bonny lo construí yo misma. Desarmé un sujetador que tenía, dejando sólo una parte y me lo colgué por encima de la cicatriz como si fuese un parche pirata, una especie de condecoración a todas las supervivientes y a mi absoluta determinación de no dejar que nada me arrebatara nada más. Mi pareja lo amó y a mi hijo le encantó. Me había convertido así en una pirata.

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Es un parche porque no niega el daño, ni finge la ausencia de pecho con movedizas prótesis o rellenos, es un parche único que celebra lo vivido, que cuando me lo pongo es mi aceptación y me echa un guiño diciéndome: -“mujer sexy a la vista!”. Una sensación que pensé haber perdido para siempre.

En el drama y la ficción, los parches han sido por lo general el símbolo de grandes rebeldes, extremadamente seductores aun siendo a veces un poco malos, personajes que alardeaban de su distinción con estilo. Cuando empecé a jugar con la idea de usar un parche para verme desnuda o dejar que se asome por el escote de un vestido, me di cuenta de que volvía a contemplar mi cuerpo y de que podía ser fascinante vivir con un solo pecho.

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Después de varias decenas de prototipos, el apoyo de mi familia y la valiosa ayuda de mis talentosos amigos, estoy feliz de presentar los primeros diseños de Anna Bonny. Hechos con pura seda inglesa –por sus beneficiosas propiedades-, con algodón orgánico –sería irresponsable hacerlo de otro modo- y con cintas de Mokuba –tan reconocidas en la alta costura-. Anna Bonny está hecho a mano con el amor de buenas profesionales y es una pieza íntima tan bonita de llevar como las que llevaba cuando era simplemente Noelia. image10

Hay muchas metáforas para el cáncer, se habla de lucha y batalla… pero a mi me gusta más verlo como un viaje, en el que izo las velas y me aventuro por aguas desconocidas.

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Fotógrafo: MARÇAL VAQUER

Dirección de Arte: BENDITA GLORIA