El día que descubrí a Jesús del Pozo

04

Si hay una etapa de mi vida en que me apasionase más la moda que ahora, esa es mi niñez…👦 Y es dentro de ella, concretamente a los 10 años, cuando descubrí que la arquitectura podía existir en un vestido 🏢👗🏢 y que la modernidad y el romanticismo no estaban reñidos…

Corría el verano de 1990 y una prima de mamá preparaba su boda👰, un acontecimiento que se presentaba como el más importante del verano ☀️ para mi agenda de entonces. El mayor atractivo no era que fuese en Almagro ( lugar que siempre me ha parecido y me parece raséeeeeeeeeeeeeeeeeeee), sino que la novia era y es guapísima y quizás fuera vestida por un amigo suyo que entonces en la moda lo era todo y que se llamaba Manuel Piña🍍👗🍍. Solo de pensar en un episodio pomposo se me hacía la boca agua… Y eso es algo que me ocurría ayer, hoy y siempre.

03

Pero cuál fue mi sorpresa cuando, (imaginaos las preguntas que yo hacía con 10 años! 😂😂😂), le pregunté un día que no olvidaré, quién le estaba haciendo el vestido de novia. Ella, con paciencia infinita como siempre y bajo el porche de su casa de Manzanares que amo y que hoy es de otra prima de mamá, me contestó: Jesús del Pozo.

Qué chasco me llevé 😓 y que decepción punto com entonces! Y más pensando que Piña 🍍👗🍍 se había encargado de vestir a otra prima de mi madre (mamá tiene 39…😅), que había escandalizado el día de su boda con un vestido de encaje con el que, a mi juicio, estaba soberbia y con el que no podía respirar ni ella ni la crocantomaquia familiar congregada en aquella boda precedente…

07

Y así llegó el día señalado, recuerdo que yo llevaba bermudas y calcetines y un look de niño repelente que se adecuaba a la perfección a lo que yo era entonces ⚡️👦⚡️ y ahora (a veces…) Ya en 1990 me huía más de una invitada por ser capaz de asestar comentarios muy sutiles y constructivos en torno al look escogido😂😂😂.

Pero aquella tarde no pude articular palabra😳😳😳, recuerdo aquella luz de septiembre y ese olor a vendimia maravilloso que impregna La Mancha cuando acaba el verano🍇☀️🍇, no iba a tener la suerte de ver una creación del modisto manchego más insigne de todos los tiempos, pero por primera vez mis ojos vieron un Jesús del Pozo. ¡Cómo era aquello! Con aquella luz, apareció una novia que era una explosión controlada de tul y hiedra. Y digo controlada porque aquella falda globo de tiras random de tul acababa en un fajín que daba paso a un maillot de seda de manga larga y espalda al aire. Era una especie de bailarina onírica, de tutú arquitectónico pero sin dejar de ser ella: con su moreno de siempre, sus medallas de siempre, su cola de caballo de cada día; eso sí, rematada en lazadas de seda varias de distintos grosores y encapsuladas en un velo enorme de tul muy pegado pero sin el efecto de paño mojado que sufrimos actualmente con los tules de seda fidiacos, que espero pasen de moda muy pronto.

05

Creo que es una imagen que jamás olvidaré y que aún sigo pensando es y será uno de los vestidos de novia 👰mas increíbles que he visto y veré. Era para mí lo nunca visto y lo sigo recordando cómo un concepto muy romántico pero moderno, arquitectónico pero nada frío porque conseguía contrarrestar los blancos distintos con tonos más subidos y marfiles para rematar con un ramo increíble de hiedra XXL 🌱🍀🌱 y lirios blancos🌸🌸🌸. Tanto tul, tanto verde y el oro de esas medallas de adolescente… Qué delicadeza de look nupcial pero que ejercicio de llevar lo cotidiano a un día señalado.

06

Y son esos giros arquitectónicos y románticos 🏢👗🏢 los que hicieron tan especial la obra irrepetible de Jesús del Pozo, que desde aquel día jamás volví a perder de vista e incluso tuve la suerte de poder conocerlo aunque no con la profundidad de todos aquellos que hoy hablan de su trayectoria, su vida y su genio en: “Jesús del Pozo. 1946-2011”, el libro que acaba de lanzar la editorial Turner  y que se presenta ya como uno de los regalos de Reyes 👑👑👑 más raséeeeeeeeeeeeeeeeeeee

02

En él podemos encontrar testimonios de otros diseñadores contemporáneos suyos como Toni Miró, modelos que escogió para sus catálogos como Violeta Sánchez (que ves en estas fotos que ilustran este post) y grandes plumas del periodismo de moda de los 90’s que me enseñaron en mi adolescencia lo que es un buen texto de moda en español: René López de Haro, Lola Gavarrón, o Pedro Mansilla entre otros.

01

Pero además de eso, encontrarás los testimonios de dos de los grandes creadores de imagen que han trabajado en Madrid para el mundo 🌎👗🌎 de la moda mundial y que se encargaron de hacer catálogos increíbles para firmas del calibre de Jesús del Pozo o Elena Benarroch. Ellos son Javier Vallhonrat y Juan Gatti, que recuerdan a su amigo en este maravilloso homenaje encuadernado que nos devuelve fotos tan maravillosas de este equipo de los sueños formado por Vallhonrat disparando y Gatti como director de arte. Concretamente las que ves aquí hoy y que, por supuesto, están incluidas en el libro de Turner, pertenecen al catálogo primavera-verano 1989 de Jesus del Pozo.

Las he elegido porque esa luz me recuerda a la de aquella tarde manchega de septiembre en que lo descubrí, y estos vestidos son de una arquitectura tan romántica y escala humano-femenina a la vez, que deseo para 2016 comience en Madrid un panorama de nuevos creadores con un espíritu tan entregado y perfeccionista como el que hoy traigo a Josie’s Journal y que queda increíblemente  repasado en este preciado libro.