Ese brillante sombrero de deseo

Quedan muy pocos días para que el nuevo número de Harper’s Bazaar esté en tus manos :raised_hands: :raised_hands: :raised_hands:. Hasta entonces seguirás enamorada de esta portada de julio 2015 que #esunsueñomiamor y del sombrero :womans_hat: que en ella lleva Blanca Padilla. ¿De quién es la Pamela que todas quieren? Detrás de ella está la diseñadora Mariana Barturen. ¿Cómo habrá repercutido la portada en su taller? Descubre todos los detalles aquí :nail_care:

 

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Fotografía: Thomas Whiteside

 

Siempre he mantenido que la moda se aprende en gran parte leyendo créditos  :pencil:  y que, por mínimos que sean, hay que repasar quien ha hecho cada foto, maquillaje o vestido de una revista. En Harper’s Bazaar de julio, hay un par de créditos que seguro todos habéis leído: Blanca Padilla lleva vestido de Dolce&Gabbana y pamela de Mariana Barturen. Todos conocemos a Dolce&Gabbana (y más después de la boda gitana que han instagramizado en su Alta Moda de Portofino  :joy: :joy: :joy:), pero quizás muchos de vosotros no controléis a Mariana Barturen y su taller de sombreros en Madrid. La razón quizás sea que nunca os habéis puesto uno o no habéis preguntado por un tocado increíble en alguna boda… El caso es que quería saber quién estaba detrás de este en concreto porque no he visto en Ascot ninguno más bonito y porque ha contribuido enormemente al impacto que ha supuesto esta portada en las Redes Sociales.

Yo mismo cuando la compartí, decía que me replanteaba muchos temas en torno a ella y sobre todo, que en un mundo colapsado de imágenes :tv: :boom: :tv: diarias, algo tan clásico  resultara fresco y sorprendente a la vez. Mariana Barturen se refería así a ella: “No puede haber una portada más bonita este año. Es limpia, clásica y fácil de entender, de una belleza que un público inmenso puede captar. Hubiera sido muy fácil recurrir a lo que hacen la mayoría de estilistas: llevar a la sesión un sombrero cordobés, tildarlo un poco hacia un lado y plantar unas flores naturales en el pelo… Menos mal que Beatriz Moreno de la Cova vino a verme y se llevó esta pamela de inspiración regional pero con una horma que sienta muy bien a todas y desde luego es perfecta para Blanca Padilla”

 

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Fotografía: Thomas Whiteside

 

Mariana Barturen (Bilbao 1968) lleva 20 años haciendo sombreros. Se graduó  en la Parsons School of Design de Nueva York y desde entonces nunca dejo de dedicarse a este arte. Tras seis años en los Estados Unidos :statue_of_liberty: vuelve a Madrid para montar su taller de sombrerería, trabajando (como hace hoy) cada uno de los sombreros sobre cabeza de madera. Actualmente ha ampliado este taller que se dedica a crear sombreros, tocados, montaje de velos para novias o mantillas para madrinas, creación de flores de tela y a partir del próximo otoño tendrá disponible un servicio de guantes a medida.

Dice que muchas clientas le han llamado gracias a la portada de Harper’s Bazaar para probarse este sombrero, que no deja de vender y al que quiere titular “Harper’s”. Yo no paro de decirle que le ponga “Padilla” por Blanca y porque así la clientela no se pierde cuando va al taller: está en Príncipe de Vergara 56, entre Padilla y Juan Bravo.

También discutimos mientras, nos probábamos tocados, las diferencias entre tocado y pingo, ese eterno debate que viene del valor/coraje de tanta atrevida que coge un canotier de los chinos, le planta cuatro flores preservadas y se va de parranda… Eso no es ni tocado, ni sombrero.

Mariana Barturen lo tiene muy claro y estas son algunas de las pautas que nos deja en Josie’s Journal para diferenciar un buen tocado (como el que ella lleva en este retrato) o sombrero de una patraña en lo alto de una cabeza:

 

 

  • Tiene que partir de un buen patrón, de una buena hechura tridimensional y en esto es exactamente igual que un vestido: si el patrón no es bueno sienta fatal.

 

  • Se tiene que sujetar por sí solo y quedar bien plantado en la cabeza que lo lleva. Los tocados o sombreros que se mueven están mal hechos.

 

  • La lectura literal de un sombrero clásico no vale para una ceremonia y si quieres algo “inspirado en…” hay que rehacerlo de nuevo, a medida y para tu cabeza. Por ejemplo el sombrero cordobés o un canotier, te puedes inspirar en ellos para crear uno nuevo, pero llevarlos literal es fatal.  Por ejemplo, esto es un canotier pero reinterpretado por Mariana para la alta sombrerería:

 

 

  • Un buen tocado o sombrero requieren siempre que el pelo quede fuera de la línea del cuello. De lo contrario no se consigue la esbeltez que se pretende.

 

  • Las coronas de flores naturales no son tocados porque no están hechos para hacer más esbelta a quien la porta, sino que consiguen una muy poco favorecedora horizontalidad en los rasgos faciales y tiende a achatar…

 

  • En cuanto a adornos de un tocado o sombrero se pueden usar miles, yo jamás recomiendo plumas verdes porque hace parecer una cacatúa o un loro a quien la lleva y si son flores verdes parece que llevas lechugas :seedling: :four_leaf_clover: :seedling:

 

  • Es muy importante que un sombrero parezca que no pesa, que es ligero, por más costuras, alambre, adornos, etc que lleve.

 

  • Para que un sombrero o tocado quede bien, hay que tener en cuenta que todos los rasgos faciales, el pelo, el arco de las cejas, los pendientes, etc tienen que estar en perfecto estado de revista. Lo que circunda al tocado es crucial, por eso hay veces que aconsejo a mis clientas rejuvenecer el lóbulo de la oreja, si es que el agujero del pendiente ha cedido y se ha agrandado con el tiempo. Es una operación muy sencilla y no hay color en el resultado…

 

Pamela con adorno de abanicos de buntal de Mariana Barturen que, como el resto de tocados que ilustran este post, pueden encargarse en su taller de Príncipe de Vergara 56 de Madrid.