Espuma de la vida

Definía Sánchez Junco ¡HOLA!, su revista, como “la espuma de la vida”. Sylvia Polakov comenzó a fotografiar esta espuma en los años ochenta, pero antes se había dedicado a hacer mil fiestas top, catálogos para Loewe, modas varias, trabajos privados para poderosos de toda índole y hasta las fotos más picantes de Carmen Cervera en Interviú. Por hacer, ha hecho hasta el retrato que es mi avatar en Twitter. Y es que –paso de disimular en plan periodístico petardo– Sylvia es, ante todo, amiga mía y una de las personas con las que hablo de moda, un tema que no toco más allá del trabajo.

 

Asiduamente la visito en su estudio y compartimos horas de música, risas y revistas: no dejamos títere con cabeza. El verano pasado Sylvia me hizo un gazpacho y fui a su casa a verla. Tenía sobre la mesa el material para el catálogo de la exposición retrospectiva que (D.m.) verá la luz el año que viene. Me puse a bucear en aquellas hojas de contacto y de repente encontré a Isabel Preysler con el Marqués de Griñón (primeros encuentros), la boda de Antonio Banderas, Marta Chávarri con la silueta pijonoventera que le hizo inconfundible, etc… En seguida me puse en contacto con la edición española de Vanity Fair que, tras largas conversaciones con Sylvia, ha decidido publicar el brillante material acompañado de un texto de mi querido Boris Izaguirre. En el número de junio (no os lo perdáis) podréis repasar aquellas fiestas de la transición punto com que Sylvia fotografió: looks muy fuertes de gente aún más fuerte y una jet pelotazo en plena efervescencia.

 

Yo os invito a comprar el número porque este contenido merece los 3 euros y medio que cuesta, pero si queréis pasar un buen rato gratis entrad en Sylviapolakov.com para descubrir a una fotógrafa con un criterio único ahora mismo en Madrid, ciudad en la que a veces es difícil encontrar a profesionales que tengan tan claro lo que tienen entre manos cuando comienzan un shooting… Y es que teniendo tantas tablas es imposible llevarle la contraria. Por eso a Sylvia es IMPOSIBLE llevarle la contraria. Aprovechando la publicación del artículo de Vanity Fair, he querido repasar con ella la retrospectiva que muestra en su recién actualizada página web.

 

manolo

 

Josie’s Journal.- Sylvia, todo el mundo del “tout le monde” te conoce y te sigue, pero para mis lectores que aún no lo hacen, ¿cómo te presentarías?

 

Sylvia Polakov.- Empecé a hacer fotos cuando que me compraron una cámara Brownie de Kodak con 4 años. Mi tío me regaló una más seria cuando cumplí los 10… Ojalá la hubiera guardado, porque ni me acuerdo de cómo se llamaba aquella cámara que era tan buena. Siempre fui la más alta de la clase, por eso me sentaban en la última fila, y de estrangis podía dibujar las caras de mis compañeras cuando me aburría. De ahí viene mi interés por los rostros y por el maquillaje. También tuve la suerte de viajar mucho por circunstancias familiares, y tanto con mi madre como con mi padre frecuentaba el ballet, la ópera y, sobre todo, los museos. Además, mi madre y sus amigas eran guapísimas y elegantísimas; creo que estas circunstancias de mi niñez hicieron que más adelante me atrajeran la moda, la belleza y la estética. Una de mis hermanas diseñaba ropa desde muy joven, la otra fue actriz, y yo fotografiaba los diseños de una y hacía fotos para la otra. Trabajé como chica para todo con Solanes, el mejor realizador e iluminador de la época. Mi primer trabajo fue hacer la imagen de Jervis, que era una marca de jeans de los setenta y decidí llevarme toda la colección a Ibiza para fotografiarla con la guapísima gente que vivía allí… No he visto nunca tanta gente guapa como en Ibiza en esa época. Luego me fui a la India y Egipto con mi novio y estuve un tiempo desconectada. A mi regreso me encontré con que esas fotos eran pósters en Holanda, Bélgica y no se cuántos países. No se me ocurrió conservar ninguno. Tampoco pensaba que iba a ser fotógrafa en aquella época, y empezaron a caerme encargos… Y los hice. Seguía entre Barcelona e Ibiza, que por aquel entonces era muy campestre y fantástica –la recuerdo como un paraíso–, pero tenía ganas de hacer vida urbana y vestirme como una “señorita”; así que me fui a Londres a hacer de modelo una temporada. Circunstancias familiares me obligaron a hacer un viaje a Madrid: mi hermana recién casada se separaba de su marido justo después de la luna de miel. Mi madre me pidió que estuviera con ella y me encontré con amigos madrileños que había conocido en Ibiza y en Londres. Madrid me pareció divertidísima, así que al cabo de tres días y paseando por el parque del Retiro vi esta casa con dos torreones y me dije: me gustaría vivir en este edificio. Al cabo de tres días firmé el contrato con los dueños de la finca, que me miraban como si yo fuera una excéntrica extranjera. ¡Me advirtieron de que ni se me ocurriera hacer fiestas flamencas! Estaban encantados de alquilarlo porque estaba hecho una ruina, pero yo sólo pensaba en lo grande que era. Pensé: trabajaré de fotógrafa dos o tres años, que para mí en la época era una temporada muy larga… ¡Y aquí estoy!

 

 

JJ.- ¿Qué aspectos especiales tiene tu perfil o tu carrera como fotógrafa? 

 

SP.- Posiblemente el aspecto especial es la diversidad de campos en los que he desarollado mi trabajo, siendo todos por encargo: me he apuntado a todo. Moda fue lo primero que hice, retratos, eventos, bodas, catálogos, publicidad, revistas de moda, corazón… ¡Todo me gustaba y me sigue gustando! Incluso me apunté a hacer fotos en Interviú porque era la revista que más se vendía en España en aquel momento. Hice unas fotos de prueba con Wilmore y Lola Sordo y las llevé a Zeta directamente, pero las publicaron en otra revista de Zeta. Me encargaron varios trabajos, hice seis portadas para Interviú con actrices y famosas, entre ellas Carmen Cervera en su casa de Sant Feliú. También tuve la suerte de que me encargaran fotos para Loewe al poco de estar en Madrid, y trabajé con ellos tanto para los catálogos, como para los retratos de Enrique Loewe, y para la parte social de los eventos y desfiles. Hice unas fotos de mi hermana, que era actriz, y cuando se publicaron gustaron tanto que otras actrices querían fotos para ellas y para las revistas del corazón. La primera foto que publiqué en Vogue España fue de Jesús López Cobos. Ese primer Vogue estaba dirigido por Syliane de Vilallonga. Mi primera portada de disco fue con Massiel, luego siguieron otras muchas. ¡Hola! también me encargó fotos con varios personajes, y las hice: Rosario Flores de jovencísima (más adelante la fotografié para Elle) y Lola Flores, la grande. Cuando llegó Elle a España trabajé con ellos tanto en reportajes de moda como en la sección “People”. Era fantástico trabajar con ellos porque las sesiones estaban muy bien organizadas. Además de revistas me divertía hacer fotos en las fiestas fantásticas que me encargaban, organizadas por Jean Louis Mathieu y Ramiro Jofre, que convertían la discoteca Joy en Versalles. Además colaboraba con revistas como Diagonal y otras que imitaban los Interviews de Andy Warhol y no se cuántas revistas que ya ni existen. Pero mi colaboración más larga ha sido con la revista ¡HOLA!: 240 producciones.

 


 

1.- Amparo Muñoz 
2.- Beatriz Ortega Neira
3.- Foto a un modelo argentino, Bernardo
4.- Ana Obregón 
5.- Fernando Martín 
6.- Lola del Páramo 
7.- Nacha Guevara
8.- Alicia Koplowitz
9.- Isabel Pantoja
10.- Hermanos Medina Abascal
11.- Silvia de Alonso Castrillo
12.- Sofía de Hababurgo
13.- Javier Vallhonrat
14.- Víctor Ochoa

 

 

JJ.- ¿Qué podemos encontrar en tu recientemente actualizada página web?

 

SP.- Se puede encontrar desde S.A.R. La Reina Sofía a dos Premios Nobel, políticos, varios banqueros, empresarios, misses, toreros, deportistas, cantantes tanto de ópera como de otros géneros, gente del espectáculo, actores, artistas plásticos (como Víctor Ochoa, Dalí o Villanueva) y gente de la sociedad.

 

 

JJ.- ¿Qué tiene que tener un buen retrato para que sea top? 

 

SP.- Creo que tiene que transmitir. También depende de si es particular o para una campaña electoral, por ejemplo.

 

 

JJ.- ¿Y una foto de grupo? 

 

SP.- A los grupos hay que organizarlos… Tiene que haber un equilibrio, como en las pinturas.

 

 

JJ.- Tú has sido siempre analógica. ¿Qué tal te llevas con lo digital? 

 

SP.- Es una bendición y una maldición. Exige horas de retoque pero los negros de la ropa quedan genial, puedes sacarles mucho detalle y puedes manipular la imagen: aclarar, hacer desaparecer cosas, gente… Eso me parece increíble.

 

 

JJ.- Eres una consumidora de revistas. ¿Cuáles son tus favoritas de todos los tiempos? ¿Cómo ves la situación del papel ahora? ¿Sigues alguna revista o blog que te interese? 

 

SP.- Hubo una época gloriosa de Vogue Francia, colaboraban Guy Bourdin y Helmut Newton; el Vogue inglés  tenía a Norman Parkinson; el Vogue italiano, a Barbieri y el Vogue americano, al gran maestro, Avedon. Todos tenían su particular identidad. Tengo una gran colección de Vanity Fair desde los ochenta, y me encantan los grandes trabajos de Annie Leibovitz. Sigo comprando la revista en papel. Mucho menos que antes.

 

 

JJ.- Para ti maquillaje y estilismo son cruciales en la foto. Do y dont’s en estas materias…

 

SP.- Odio las cejas depiladas o los ojos muy smokey, el perfilador muy fuerte también lo odio. Los excesos en maquillaje resultan vulgares. Todo es importante en una foto. Empezando por la organización. El estilismo, el maquillaje y el pelo… importantísimo. Me gusta trabajar con un equipo pequeño que esté muy concentrado, y conseguir que seamos uno. A pesar de que me he pasado al digital, y cuento con el retoque digital, me gusta seguir trabajando como si todo fuera analógico, la diferencia es que antiguamente una mancha o herida en la mano se tenía que maquillar. ¡Hacía maquillar los dedos! Sobre todo los dedos de los pies. Se perdía mucho tiempo.

 

 

JJ.- Has retratado a premios Nobel, reyes y mil personajes increíbles. Alguno que te apetezca y no tengas aún?

 

SP.- Rafa Nadal

 

 

JJ.- ¿Qué retos profesionales te planteas en un futuro? ¿Qué te apetece hacer ahora? 

 

SP.- Me están organizando una exposición para el año que viene. Y la publicación de un libro que coincida con la retrospectiva. Es muchisímo trabajo.

 

 

JJ.- Un diseñador con el que te quedes.

 

SP.- SAINT LAURENT

 

 

JJ.- Una comida que siempre te apetezca.

 

SP.- Paella al lado del mar.

 

 

JJ.- Un lugar en Madrid.

 

SP.- El Retiro.

 

 

JJ.- Lo mejor de España.

 

SP.- Sus tradiciones, su diversidad cultural y los españoles.

 

 

JJ.- ¿Y lo peor?

 

SP.- Que todos se piensan que son diferentes cuando yo veo muchas cosas buenas en común. Cuando te distancias lo ves muy claro.  

 

 

JJ.- Tres adjetivos q te definan.

 

SP.- Te diré tres defectos: arrogante impaciente y perfeccionista, porque el perfeccionista es pesado para los demás, pero me da igual… Me gusta ser así y, sobre todo, ser honesta, porque no miento nunca… Grave error.

 

Fotografías: Sylvia Polakov