Celebramos hoy el lanzamiento de “L’homme ideal”, el nuevo perfume masculino de GUERLAIN, que cuestiona la existencia del “hombre ideal” y plantea si es un mito o una realidad. Intentando responder a esta pregunta , Josie bucea en uno de sus libros favoritos de moda masculina y recupera la inspiradora figura del “Peacock” como hombre ideal polar y raséeeeeeeeee . Descúbrelo aquí!
De Antinoo al David de Miguel Ángel y de armas y letras renacentistas; de Rodolfo Valentino a Cary Grant y pasando por los dogmas de Baden Powell para sus Scouts… Muchos son los teóricos del arte, del cine, la literatura y a lo largo de la historia que se han planteado cómo ha de ser el hombre ideal (si es que existe) y cuales son sus pensamientos, sus comportamientos y atributos estéticos. Esa misma cuestión es la que se recupera “L’homme ideal”, el nuevo perfume masculino de GUERLAIN, que hoy sale al mercado y que pasa a formar parte del elenco de fragancias que han marcado los tiempos de mi vida , ya que desde niño :boy: he sido fiel a esta casa de perfumes a la que Eugenia de Montijo concedió la inmortalidad. Comencé con la textura jabonosa de Petit Guerlain en mi niñez, luego robaba gotas de Le Cocq que usaban mis dos abuelos&, aún conservo el frasquito de L’heure bleue recargable que me regaló mi amiga Estela para atravesar una época rock 2003; cuando aún lloraba la desaparición de Coriolan del mercado español y me entregaba eternamente y hasta hoy a la SUPREMA Habit Rouge .
Como cualquier otro fan de GUERLAIN, celebro la llegada de esta nueva esencia :clap::clap::clap: y mientras espero que hoy salga al mercado, intentaré dibujar un retrato robot de hombre ideal desde la Playa de La Victoria (Cádiz). Os invito a que hagáis el vuestro porque mil opiniones hay al respecto y queremos escucharlas en las distintas redes sociales vinculadas a esta web, mediante el hashtag #lhommeideal. Yo quiero aprovechar la cuestión del “hombre ideal” para rescatar/descubrir la figura de un tipo de dandi que se desarrolló durante la década del 63 al 73 del siglo pasado y cuya revolución estética se ha denominado “Peacock revolution”. De ello trata el libro de Geoffrey Alquina Ross que hoy quiero recomendaros: “The Day of the Peacock”, que hace tres años editó el Victoria and Albert Museum. Se trata de las memorias del autor durante esta década en el Londres swinging y cómo vivió ese enésimo y definitivo giro de tuerca al dandismo eduardiano y victoriano .
Desde los tiempos de Brummel, no se había vivido en esta ciudad una revolución sartorial tan interesante, y lo que hace únicos a estos Peacocks ( se les llama así porque eran como extravagantes pavos reales, orgullosos de desplegar sus maravilloso plumaje) es el atrevimiento y coherencia estética que le llevaron a inventar impecables nuevas fórmulas en el vestir, apropiandose de atributos asociados al guardarropa femenino (sedas, chorreras, maxicinturones, irisados, pieles, etc) que han quedado para la historia y de los que hoy la moda sigue beneficiandose. Creo que en este libro hallarás un posible hombre ideal en este grupo de visionarios porque su revolución está llena de imaginación, de arte y porque su modelo de belleza es tan contrario al canon “Spornosexual” que vivimos hoy, que para muchos será un oasis descubrir la esbeltez de los miembros de la agencia de modelos de aquel entonces, que se llamaba “English Boy LTD”. Su actitud ante la vida, su valentía y plasticidad, su forma de recoger la herencia de sastres llenos de sabiduría y llevarlos a un terreno nuevo, hacen del Peacock un pionero que en mi opinión se acerca al ideal de hombre dispuesto incluso a cuestionar la idea de masculinidad imperante pero a base de militancia fashion , a través de la moda y la belleza.
Ojalá a partir de hoy “L’homme ideal” irrumpa en el soporífero panorama de novedades perfumisticas masculinas con el espíritu de los audaces Peacock o con la fuerza ambigua 1889 del mismísimo Jicky, destinado a las mujeres pero convertido en una leyenda gracias a los hombres que se atrevieron a llevarlo en el París de Baudelaire y de los dandis precursores de los Peacocks que ya jugaban a la ambigüedad. Hoy, afortunadamente, la rueda dandi sigue girando y la eterna pregunta que se hicieron en el París de 1889 y en el Londres del 63 es la misma que nos plantea “L’homme ideal” y que yo te hago desde Cádiz 2014: ¿Cómo es el hombre ideal? #lhommeideal Puedes contestar aquí.