Morfeo en Elm Street

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No vengo aquí a hacer leña del árbol caído… Nos dieron 8 puntos, quedamos penúltimos pero no esperaba otra cosa desde el día que se presentaron los tres temas que optaban a representar a España en el festival de Eurovision y que interpretaría, sí o sí, el grupo de Raquel del Rosario. Lo importante hoy, y más aquí, es reflexionar sobre la estética que manejaron y que, en mi opinión, aceleró cuán Ferrari de Alonso una derrota que estaba cantada (o chillada). Ella apareció vestida de amarillo vapor y oro, con cadenas que colgaban sobre los hombros e incrustaciones en las pestañas postizas. Resultaba poco interesante la propuesta porque el look capilar derrumbaba todo, al contemplar un pelo que es demasiado peluca (por monocromo y por la rigidez de melena y flequillo) y se llevaba toda mi mirada hasta el punto de hacerme olvidar que iba descalza…

 

Lo peor era la descoordinación de esta performance como grupo que son: ella de Aristocrazy por su cuenta y de amarillo, el chico de la acústica de esmoquin reinterpretado con camiseta blanca a lo Dior Homme 2006 y peinado flequillo efecto peluquín. Mención especial y detenimiento merece el look de Juan Luis Suárez que optó por un tres piezas que parecía sacado del capítulo de caza de “El armario de Josie”, que no le quedaba bien, que se salía del tema completamente y lo peor de todo: estaba lleno de elementos (pajarita, pañuelito, cuadros, etc) que chocaban completamente con su disposición capilar compleja,  una losa informativa que debía haber ido sin acompañamientos tayloring 2.0. Hay quienes creen que este pelo largo y algo emo, hace parecer más joven a quien lo lleva; yo no lo creo así. El pelo corto siempre conseguirá mejor este efecto que ya de por sí es difícil de conseguir y es ridículo además pretenderlo (la edad que tienes si la llevas bien es OK). Cuando el pelo es joven y frondoso, él mismo repta por tu cabeza, se expande y hace esos efectos que en un emo sin secador pueden quedar tan bien. El problema viene cuando quieres conseguir el efecto joven emo con productos de acabado y secador sobre un pelo que ha cambiado de ciclo! No te aferres. Lo mejor es cortar esa mata y si esto significa renunciar a tu personalidad, sólo decirte que en moda capilar masculina es el secador quien suele arruinar personalidades, llegando a condenarte incluso al ostracismo sosssssssssial.

 

Esta columna no trata de poner verde a este grupo. Desde aquí les deseo que vendan discos y llenen estadios, pero sí les digo que si representas a un país en un festival te encargues junto a la cadena (TVE) de llamar a UN SOLO ESTILISTA (no cada uno vestido por una marca) que se encargue de plantear la estética de tu performance. En España hay gente muy buena que podría hacer este trabajo diez y eso en Eurovision cuenta muchísimo porque es el 40% del espectáculo que das. Ojalá este fiasco nos ayude a reflexionar sobre  España y su relación con los estilistas; una monarquía constitucional cuyas instituciones confían su imagen a quien ostenta el cargo y puntualmente se llama a quien apetece en cada momento para que, cuan hada madrina, actualice un look para un evento determinado (algo dificilísimo).

 

Empiezo por aquí y paso por Letizia (que ella al menos es fiel a Valera tolrato… irá pereza pero sigue una linea…) y termino en el TERRACOTTA número 2 que cubría por completo la tez del guitarrista del Sueño de Morfeo en Eurovision. Empecemos a cambiar esto y pronto saldremos de un atolladero estético que a veces me resulta Elm Street. Podemos!