Treinta años en La Parra

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Por Ricardo de las Barcenas

 

En los años 60 el actor británico Brian Worth y su mujer, la española Teresa Pérez de Guzmán, se trasladan de Londres a un pueblecito de la costa del sol llamado Carvajal. Allí compran una casa encalada con una parra trepadora en la fachada y comienzan a recibir amigos que, como Sean Connery, se hacen asiduos a este concepto (comidas típicas del sur de España y relax en todos los sentidos) y empiezan a reclamarlo para Londres. Por eso a principio de los 70’s inauguran La Parra en la exclusiva Draycott avenue, manteniendo el espíritu de su casita de Carvajal pero con un punto Sloane y muy arty: lo mismo te encontrabas a Ana de Inglaterra que a Los Rolling Stones, al actor Albert Finney, Peter Sellers, Liza Minelli o al diseñador Ossie Clark; que se enamorará de la belleza de Tessa Wamsley, una de las tres hijas del matrimonio y la utilizará como modelo en varias ocasiones. 

 

Tessa creció rodeada de esta atmósfera social tan original y es allí donde aprendió el espíritu de La Parra: “es fruto de la mezcla de mis padres, de lo inglés y lo andaluz, de lo mejor de ambos mundos y las ganas de recibir en un lugar único como el que crearon”. No sé si esta magia es la que inspiró a Tessa para fundar junto a su marido, Ginés Sánchez Rubio, la primera discoteca al aire libre de Ibiza: Amnesia. Lo que si es cierto es que aquel mundo de La Parra londinense y el que conocerá en Ibiza después, serán determinantes en el éxito de La Parra Madrid: “volvimos a Madrid y vimos este local de Monte Esquinza. Nos llamaron locos porque tres negocios anteriores habían fracasado y es que era difícil de decorar pero mi marido lo pensó como un salón de La India y subió los techos, incorporó ventiladores, un pankawalla a motor y veintiocho luces que poder controlar y bajar desde la barra a medida que la noche pasa o dar intensidad durante el día. Esto es un poco como el control de luces de un teatro”.

 

Al final resultó (una vez más) un mix anglo-español cargado de azulejos mozárabes, maderas oscuras y un piano catalán de los años 30, donde José Carreras llegó a deleitar a un selecto grupo cantando al son de su música y su magnífica voz. Pero las anécdotas de La Parra no acaban aquí porque este salón ha sido testigo de los primeros encuentros entre Isabel Preysler y Miguel Boyer, de reuniones políticas importantes (como la resolución del conflicto de las Malvinas entre las embajadas inglesa y argentina) y de la asistencia de estrellas y gente interesante que van desde Joe Cocker, Keneth Branagh, Katherine Deneve, Marisa Berenson y hasta la que fue musa de Dalí e intima amiga de Tessa, Amanda Lear.

 

Esta noche La Parra, Tessa y los suyos celebran tres décadas de éxito, de relax atmosférico y de la llegada de una nueva generación de Tessa’s que se encargará de seguir bajando las luces de todo el mundo sin que jamás se apaguen en un lugar tan mítico de Madrid como es ya este restaurante.

 

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1. Tessa Wamsley con su marido Ginés Sánchez Rubio en Ibiza durante su época Amnesia y la madre de Tessa, Teresa Pérez de Guzmán, quien fundó la primera La Parra en su casa de Carvajal y después en Draycott Avenue de Londres.

2. El grupo Doctor feelgood en una visita a Tessa en Ibiza.

3 y 4. La Parra: el piano con las velas siempre encendidas, las lámparas a ras de la cara de los comensales, las luces bajas, los seis ventiladores, el zócalo de azulejos y el inconfundible pankawalla que se mueve con motor y que está patentado por los dueños del restaurante.

5. Brian Ferry en una de sus visitas a Tessa en Amnesia.

6. Más noches de Ibiza @70’s.

7. Tessa con la camiseta de Amnesia y Ginés en Ibiza.

8. Locurón Ibiza #megusvansant los 70’s.

9. Bailando, bailando…

10. Marisa Berenson con su amiga Tessa mano a mano en “La Parra” de Madrid y fumando unos pitis :smoking::smoking::smoking: (preleyantitabaco) con Maximiliano de Habsburgo.

11. Sonrisa@Tessa #megusvansant.