Josie viaja a París 
para asistir al nacimiento de MCIII, el nuevo champán de Moët&Chandon que es a su vez la prodigiosa mezcla de tres vinos envejecidos por primera vez en tres fases 
: acero inoxidable, madera y cristal. No te pierdas esta eclosión punto com de sensaciones “à trois” 
Si la moda 
se muestra en ocasiones como uno de los mejores reflejos sociológicos de la época que nos ha tocado vivir, existe a su vez un termómetro socioeconómico 
infalible que nos puede ayudar a valorar si estamos en épocas de bonanza o de crisis. Este termómetro no es otro que la venta de botellas de champán: cuanto más champán se vende en una zona del mundo 
, más celebraciones se desarrollan en ella y están regadas con el vino más raséeeeeeeee y burbujeante que existe, que por supuesto es mi favorito (como saben mis amigos de siempre 
) de toda la vida…
No es este 1/4 de comunicación de moda color salmón (aunque a veces este color me parezca lo más y en rubias falsas pueda quedar bastante bien…), y no es mi misión aportar datos aquí respecto a este fenómeno socioeconómico. Solo puedo deciros que en el último año y medio he asistido al nacimiento de tres nuevos champanes de Moët&Chandon, que me hacen sospechar que algunos sectores podrían estar remontando en Europa.
Primero vino ICE y después NIR (Néctar Imperial Rosé) que se toman con hielo 
, y ahora este último que es el resultado de 15 años 
de investigación enológíca y que han bautizado como MCIII (Moët&Chandon y III en números romanos que simboliza las tres fases de envejecimiento a los que estos champanes vintage han sido sometidos en tres diferentes cubas de tres distintos materiales: acero inoxidable, madera y cristal)
La cita para este nacimiento tan especial para la Maison era en un lugar secreto de París, así que casi con los ojos vendados avanzamos desde el 16 a La Bourse (La Bolsa parisina era ese escenario misterioso) en una tarde estival con temperaturas más propias de latitudes madrileñas. Al llegar, un oscuro túnel instalado en el edificio para la ocasión, nos condujo a un tetraedro estrecho y altísimo, que se convirtió en pantalla de video proyección punto com.
Un séquito de camareros desfilaba con bandejas de chupitos que contenían ese primer shot 
de tan deseado por los pocos asistentes del mundo que acudimos al lanzamiento.
Y es que no os imagináis las ganas que tenía de probar este champán después de haber oído hablar tanto de este proyecto que ha tardado tanto en ver la luz .
Y fue al salir de esa pirámide, en el parqué de La Bourse de París, donde pude probar bien una copa de MCIII; si os digo la verdad el chupito no era suficiente para hacerme una idea de lo especial que es el nuevo vino.
Por fin tenía una copa de esa mezcla de champanes que me cuesta ahora describir. Solo puedo deciros que esa misma mañana, durante una cata de Brut Imperial 2006, me preguntaron que si fuera una música ese champán qué sería para mí. Les conteste que me sonaba a Jazz, a Chet Baker en una puesta de sol de principios de verano.
En el caso de MCIII no sabría que contestar pero es una mezcla del Te Deum de Jean-Baptiste Lully y estar entre Julio Iglesias y Charles Aznavour mientras interpretan “Que c’est triste Venice” y tú escuchándolos a los dos formando un trío de sensaciones indescriptibles, el que es MCIII en realidad.
El caso es estar a trois todo el rato… Y así acabe yo!
À trois en París celebrando con mis viejos amigos de Moët&Chandon el nacimiento de su joya enológica en esa noche de San Juan parisina 
y recordamos juntos mis precoces pedidos a la Maison en mis años más burbujeantes de los 00’s o para hacer regalos de boda a algunas amigas… Esa era mi forma de comprar champán entonces y esa es la vía elegida para comercializar de momento MCIII: directamente has de ponerte en contacto con Moët Henessy de tu país y ellos te distribuirán tan preciado vino.
Lo que falta ahora es elegir el momento 
, la música 
, el lugar de esa celebración 
y ansiar ese segundo en que descorchas la botella de MCIII para brindar por algo muy concreto pero tan especial como el champán que contiene en su interior.
