Recuerdo una entrevista que me hicieron durante la promoción de Supermodelo 2008 y una pregunta que me viene a la cabeza siempre que veo (mientras salivo ) una pieza de patchwork bonita: “¿Consideras que perteneces a alguna tribu urbana? Si es así, ¿A cuál pertenecerías?”
Por aquel entonces me encantaba vestir con piezas de patchwork y combinarlas con rayas marineras ⚓️. Esta chaqueta de Ralph Lauren me acompañó el día de la rueda de prensa que se celebró en el Costa Concordia, pero no era el único tesoro patchwork de mi armario porque tenía pantalones, camisas y una colcha maravillosa que encontré en West Sussex y que una vez pusimos a Jon Kortajarena para unas fotos que Rafa Gallar hizo para un número de Vanidad entonces.
Y es que ya que no pertenezco a ninguna tribu urbana, me hubiera encantado fundar la mía propia con un grupo de locos por el patchwork decididos a fundirse a piezas ensambladas. Me hubiera encantado pasear en grupos de gente muy distinta, de distinto físico y procedencia vestida así por Madrid y por el mundo porque mi energía se triplica cuando me rodean estas telas, el primor que hay detrás de cada costura, las geometrías que dibujan y las historias que hay detrás de cada tejido y la que escribe el conjunto de ellos cuando te apoderas de esa pieza… ❤
Grandes artistas han sabido valorar este hecho, de Tracey Amin (como ves en el tapiz que hay sobre estas líneas y que es su modo de expresión vía Patchwork) a Yves Saint Laurent, que desde su colección de Costura Otoño-invierno de 1969 no abandonó el espíritu gitano húngaro y hippy chic que le proporcionaba esta mezcla de texturas que enamoro a la Duquesa de Windsor o a Gracia de Mónaco entonces, pero que sigue fascinando hoy:
Porque en 2017 hay un repunte de patchwork importante de cara a otoño y esta tendencia que no ocupa lugar, como aquellas que en El Armario de Josie avanzaba en mi clase y que van del Vichy al Oxford, tiene momentos de subida y bajada como todas ellas, de mayor apetencia y menos.
Hoy vuelve a aparecer en desfiles de costura como en aquel 1969 pero incluso más auténtico aún, por ser su ensamblaje más parecido a la versión hogareña y decorativa, como hemos visto en Viktor&Rolf:
Aunque también hay repunte pret a porter en las colecciones de Sonia Rykiel (izquierda), JW Anderson para hombre (centro) o en la versión denim de Damir Doma (derecha):
Aunque mi favorito es el de los forros interiores que Raf Simons ha introducido en las prendas de abrigo de Calvin Klein y que hacen tan apetecible este momento 205W39NYC:
Pero lo que realmente me ha dado nueva vida y ganas de volver a vestirme de patchwork con las mismas ganas que tenía en 2008 ha sido la maravillosa colección ❤️de una marca también neoyorquina y que quizás aún no conozcas pero tengas que controlar desde ya:
Se llama BODE y es su homenaje a estos tejidos repletos de autenticidad (que sirven de portada a este post) y a la forma de vivir slow fashion que esconden tras de sí lo que me hace enamorarme de ella en un verano en que me apetece mucho más zurcir una camisa bonita que ya poseo y que está hecha trizas, pero conserva un patrón y unas pinzas en sus puños impecables; que hacerme con una distinta que no mole tanto y sea la de turno de ahora:
No estoy en esas, la verdad, y un proyecto como este me entusiasma por el juego histórico que recrea:
usando telas de diferentes procedencias, desde un edredón victoriano de Nueva Inglaterra , a sábanas de lino del sur de Francia, a tejidos de Japón e Italia …
Es puro amor ❤️ presente, pasado y futuro en los cuatro puntos cardinales de la Rosa de los Vientos que juntos formamos en el planeta que habitamos:
Y este tipo de Rosas de los Vientos (motivo que siempre me lo da…) las encuentro en uno de mis proveedores favoritos de Patchwork del mundo que hoy he querido traer a Josie’s Journal:
Dechado es una tienda mínima y maravillosa consagrada a esta labor tan única que encierra tanta paciencia, tiempo y buen hacer. No solo venden piezas sino que enseñan el arte de crearlas y ensamblarlas. En su sede de Principe de Vergara 256 podrás asistir a clases de labor como estas para poder dar rienda suelta al sentimiento que esas telas provocan en ti.
De 10 a 13h y de 16 a 19h podrás encontrar clases no sólo de patchwork sino de punto para tejer desde calcetines a ropa infantil o cursos monográficos como el que imparte Susana Cano, dedicado a las puntadas de bordado.
Podrás crear tus colchas:
Bolsos:
E incluso aplicaciones como las que usa JW para hacer mochilas y que puedes llevar a una bolsa de la compra, ropa de niño o una colcha para casa:
Ojalá os animéis a vestir de patchwork el otoño, el mundo entero y a conocer Dechado; porque si queréis olvidar las redes, su ruido y el mundo del siglo XXI para conectaros con la historia escondida tras piezas de tela conectadas entre sí, puede que encontréis una nueva afición, una nueva imagen y quién sabe si una nueva tribu urbana .
