Hace un poco más de un año, publicábamos un post dedicado a toda la moda que había detrás de la primera temporada de The Crown 💥👑💥 y te descubríamos la fabulosa historia detrás de Isabelle Townsend, la nieta del apuesto capitán Peter Townsend (verdadero amor de la princesa Margarita, hermana de Isabel II), que llegó a ser una apetecible modelo de los Ochenta.
También nos deteníamos en una figura muy presente en la primera temporada que a penas aparece en la segunda: Norman Hartnell.
No es la primera vez que aparece en Josie’s Journal porque es una de mis referencias fashion-británicas favoritas💥👗💥; aunque en esta temporada no vuelva como el modisto que creó la primera imagen de la reina Isabel, sino que aparece ya cuestionado, como defensor de una pompa y circunstancia monárquica anclada en los cuentos de hadas y en el pasado pictórico que defendió un contemporáneo suyo también amante del “High Style”: Cecil Beaton
En la primera temporada te contábamos cómo, de soslayo, aparecía esta figura capital en la fotografía de moda del siglo pasado y un chamán estético de la Gran Bretaña, que como ninguno supo dar a la monarquía británica destellos historicistas que la conectaban con los retratos de Velazquez, los fondos de Fragonard o las estrellas del Hollywood clásico que él mismo fotografió antes que a ellos.
Su trabajo fue encomiable, sobresaliente. una referencia inspiradora y siempre fiel a los monarcas y los suyos que le confiaron sus poses como retratista oficial de la Casa Real británica; con exclusivas como la boda de los Windsor, la coronación de Isabel o los grandiosos retratos de los Duques de Kent.
Pero esta segunda temporada recrea horas no bajas para Beaton, pero sí del cuestionamiento estético de la leyenda que ya era cuando escribe su diario que corresponde a estos años que narra la serie: The Restless years
Justo después de la boda de Margarita con él también fotógrafo Tony Armstrong-Jones, Beaton empieza a compartir trabajos con él, con el maravilloso Patrick Lichfield o con Norman Parkinson hasta que deje de ser “el oficial”. Entonces tendrá que reciclarse, ya entrado en años, en retratista oficial de los Rolling, por ejemplo… Pero he ahí su grandeza y la energía de la que muchos se mofan en la serie, pero que ha quedado para inspirar a generaciones de jóvenes de hoy que además no dejan de copiarlo y hasta aquí puedo leer…
Hablaba con un amigo el otro día de este tema y de cómo las generaciones tienen que reírse de las leyendas vivas para empujar y derrocarlas e imponerse… Y es que una nueva estética fresca y simple (que hoy no es vista como tal) irrumpía con fuerza entonces (1961) y se deja ver en la serie constantemente como un soplo de aires nuevos para la monarquía y por supuesto para la moda. Uno de los personajes que mejor representa este cambio de ciclo estético es Jackeline Kennedy vestida por Oleg Cassini.
Este modisto que Vreeland le descubrió, se encargó como amigo suyo que fue, de la imagen de la primera dama más inspiradora de la historia de los Estados Unidos. Y es así como entra en Buckingham Palace, con aquel vestido de seda azul que creó para ella este modisto tan olvidado que vuelve a la palestra gracias a The Crown.
Porque así podemos ver además lo mágico que era y lo bien que vestía, sobre todo al hacerse mayor:
Exactamente igual que el protagonista de esta temporada: Felipe de Edimburgo
El actor que lo encarna es increíble pero no lo es la mitad de la mitad que el verdadero tótem de la elegancia masculina en esa familia:
Sus looks militares son apabullantes pero si en algo destaca y se la juega este ser raséeeeeeeeee como pocos, es en su impecable vestimenta campestre:
El último capítulo de la serie es lo mejor que he visto en Netflix este año de segunda temporada atroz para The Get Down y muy de bajón para Stranger Things… En “Hombre misterioso” último capítulo que no quiero destripar, se crea una tensión tan potente en la escena final, tan cotidiana y humana para unos jefes de estado que sienten como cualquier mortal, eso sí: con Barbour.
Otro de los elementos fashion protagonistas de esta temporada y de tantas escenas campestres en Balmoral. Ese “By Apointment” se deja sentir en uno de los mejores biopics que he visto jamás y que no podía conquistarme de lleno hasta referirse a mi marca masculina británica favorita: New&Lingwood.
Muchos lo sabéis porque yo visto constantemente esta maravilla que se dedica a coser los uniformes de Eton College de los que colecciono diferentes piezas.
Muchas de ellas salen en “Paterfamilias”, el noveno episodio de esta última entrega en el que el pobre Carlos se queda sin ir a Eton porque el padre le obliga a asistir a un colegio/carcel pasando fresquito en Escocia.
Nada que ver con el despliegue de moda masculina colorida y raséeeeeeeeee que es este colegio cercano a Windsor (donde hay una pequeña tienda de New&Lingwood para los escolares), al que Carlos (una vez fue padre), mandó a estudiar a Guillermo y Enrique.
Fotografías: GettyImages