Siempre que vemos los inicios de la fotografía de moda en el Curso de Especialización en Estilismo de Moda del IED Madrid, comento a los alumnos que esos grandes fotógrafos padres de esta disciplina en su fase más artística de la historia, nos fascinan hoy porque nacieron, crecieron y desarrollaron sus carreras a medida que ésta crecía a nivel visual en las revistas de moda y a nivel técnico en las fábricas de Leica, Rolleiflex o Kodak. Todo estaba por hacer… 🙌🏻❤️🙌🏻
Este es un hecho comparable a la industria de los videojuegos en los 90’s 👾 o al Silicon Valley de hoy, donde se desarrolla una nueva industria tecnológica, de inteligencia artificial y esas redes o aplicaciones de futuro tan incierto en el que todo está por crear. Eso mismo es lo que pasó en aquel principio del siglo XX con las fotos de moda📷👗📷: espacios por descubrir, técnicas que pulir, sets mágicos que desarrollar; en definitiva un futuro incierto y lleno de creatividad que es impensable en 2016 cuando ya hay tanto inventado en la fotografía de moda…
Aldolf de Meyer, Edward Steichen, Horst P. Horst, George Hoyningen-Huene, Irving Penn, Martin Munkácsi o Cecil Beaton, fueron los hombres que se enfrentaron a esta nueva forma de creación emergente que se colaba en las cabeceras femeninas de prestigio y ellos idearon esos nuevos mundos, nuevas escenas, insólitas poses y elementos de atrezzo que hoy están grabados en la memoria colectiva de los estudiantes de moda de todo el planeta.
Pero hay entre todos estos padres de la fotografía de moda una mujer 👸🏼 cuyo nombre no es tan conocido como el de este Monte Rushmore de los fotógrafos de moda que acabo de nombrar y que todo el mundo conoce hoy (y si no mal vamos…). Quizás no supo venderse, quizás haya quedado eclipsada por sus gigantescos y carismáticos compañeros de profesión pero ha llegado el momento de reclamar la figura de Louise Dahl-Wolfe y no puede pasar de esta primavera🌸🌸🌸; porque La Fábrica ha editado un volumen que recoge su legado, resalta la importancia de sus imágenes en la evolución de la fotografía de moda y le da el lugar que merece en este Monte Rushmore y en la memoria colectiva de los amantes de la moda que tendrán que hacerle hueco en su materia gris.
Mañana jueves 12 a las 19.30 en La Fábrica se presenta este volumen con más de 130 imágenes, en blanco y negro y color, que ofrecen un panorama de los cambios sociales del momento y los nuevos roles femeninos a través de la mirada de Louise Dahl-Wolfe. Se titula “Con estilo propio” y consigue reflejar la moda de 1930 a 1980, a través de esa personal mirada que tanto influyó en maestros posteriores como Avedon (que fue su asistente).
El volumen, con 256 páginas, se completa con tres textos de la propia fotógrafa y los ensayos de Oliva María Rubio, John P. Jacob y Celina Lunsford; además de incluir créditos exactos de cada foto con los nombres de cada modelo (conocerás muchas que se te habían escapado) y una galería de sus trabajos para la revista que más fotos de Dahl-Wolf ha publicado y que no podía ser otra que el Harper’s BAZAAR de Carmel Snow. Así habla la propia Louise Dahl-Wolfe de este periodo de su carrera:
“Harper’s Bazaar era entonces maravillosa. La revista estaba en manos de la editora más fabulosa que haya existido nunca: la sensacional Carmel Snow. Me sentí afortunada de poder trabajar bajo su batuta. Confiaba plenamente en sus editores y artistas; y luchó contra los intereses comerciales para producir una revista de calidad. Alexey Brodovitch era el director artístico; tampoco él interfirió nunca en mi trabajo. Siempre me avisó con antelación qué páginas estarían frente a qué otras, y aquello era todo lo que yo necesitaba saber. Diana Vreeland era la editora de moda. Frances McFadden era el editor jefe y George Davis, editor literario. Gracias al mecenazgo de Carmel se publicaron textos de los magníficos jóvenes escritores noveles de aquella época como Carson McCullers y Eudora Welty; yo tuve la oportunidad de realizar sus retratos. Carmel tenía un encantador sentido del humor. Solía discutir con ella, pero era imaginativa y protectora. Fue la responsable de convertir por aquel entonces a Bazaar en una revista mucho más interesante y menos conservadora que Vogue. La gente dice de mí que era exigente y sospecho que, efectivamente, tenía mano dura con mis modelos. Se burlaban de mí porque siempre decía: «¡Mantente ahí!, ¡mantente ahí!». Supongo que vociferé mucho, pero al final acabábamos siempre yéndonos todos a tomar algo juntos…”
(Dahl-Wolfe, Louise. A Photographer’s Scrapbook, Nueva York, St. Martin’s/ Marek, 1984, pp. 21- 25).
Ella fue una pieza fundamental para el trío creativo más importante de la historia de la prensa de moda: Brodovitch, Carmel Snow y Diana Vreeland; que plasmaron el trabajo de Dahl-Wolfe en 86 portadas, 600 páginas a color e infinitas instantáneas en blanco y negro que son gloria de esta publicación. Por eso mañana en la presentación, una de las ponentes será Eugenia de la Torriente, directora de Harper’s BAZAAR España, que junto a Oliva Maria Rubio (directora artística de La Fábrica y comisaría de la exposición “Con estilo propio, Louise Dahl-Wolfe” que se expondrá del 1 de junio al 31 de agosto en la Sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid), explicara la importancia de un legado gráfico tan injustamente desconocido para muchos.
Os recomiendo que asistáis y que os hagáis con este libro imprescindible para la formación visual de cualquier ser humano que consiga vibrar ante una foto de moda verdaderamente increíble 📷👗📷.